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por Dra Barbara Verdecchia 25 de marzo de 2020
Según el Centro para el Control y Prevención de enfermedades de Estados Unidos, CDC (por sus siglas en inglés) las personas con alto riesgo de enfermedad grave por COVID-19 incluyen: Personas mayores de 65 años. Personas que viven en hogares de ancianos o centros de atención a largo plazo. Otras condiciones de alto riesgo podrían incluir: Personas con enfermedad pulmonar crónica o asma moderada a severa. Las personas que tienen enfermedades del corazón con complicaciones. Personas inmuno-comprometidas, incluido el tratamiento del cáncer. Las personas de cualquier edad con obesidad severa (índice de masa corporal [(BM] I) ≥40) o ciertas afecciones médicas subyacentes, particularmente si no están bien controladas, como las que tienen diabetes, insuficiencia renal o enfermedad hepática también podrían estar en riesgo. Las personas que están embarazadas deben ser monitoreadas ya que se sabe que están en riesgo de sufrir una enfermedad viral grave, sin embargo, hasta la fecha, los datos sobre COVID-19 no han mostrado un mayor riesgo. Esto quiere decir que, si tienes una enfermedad auto-inmune y estas recibiendo algún tratamiento que deprime tu sistema inmunológico entras en el grupo de alto riesgo. Ahora bien, de no recibir inmuno-supresores y estar en el Protocolo Coimbra el riesgo de contraer el COVID-19 y que este te afecte de una forma “no grave” se iguala a la de la población en general que no se encuentra dentro del grupo de alto riesgo. El estar tomando altas dosis de Vitamina D es algo beneficioso no solo para la condición auto-inmune subyacente sino para que tu sistema inmunológico este fuerte y preparado para defenderte ante cualquier invasor, sea virus, bacteria o cualquier microorganismo.
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